En cualquier caso la mayoría de las definiciones sobre acoso moral comparten tres elementos:
1) se define en términos de su efecto sobre la víctima, no según la intención del agresor o agresora
2) debe existir una consecuencia negativa sobre la víctima y
3) el comportamiento agresor/a debe ser persistente.
A pesar de que habitualmente las definiciones no tienen en cuenta la intención de la persona agresora, éstas existen. Además de la gratificación personal que puede experimentar el/la agresor/a, según L. Vogel otros motivos habituales de acoso son forzar el despido voluntario de un trabajador/a para no tener que pagar la correspondiente indemnización, eliminar a un trabajador/a incómodo/a para la jerarquía de la empresa o incluso puede constituir una estrategia de gestión (gestión por el miedo, destrucción de la identidad colectiva de los trabajadores/as y la formación de una cultura de manada que atacará a cualquier trabajador/a que de alguna manera critique las condiciones de trabajo).
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