Por: Roberto Martino.
Desde el Penal de Marcos Paz, 31 de diciembre de 2010
El lunes 27 de diciembre me notificaron que el Tribunal Oral rechazó el reclamo de prisión domiciliaria. Días antes la Cámara de Casación me había negado la excarcelación.
Esto no fue casualidad ni una cuestión aislada, sino que forma parte de una política.
Hace dos meses, en un artículo de Voz Rebelde, decíamos que estábamos ante el fin de un ciclo y el inicio de otro ciclo, distinto y opuesto a la que se venía haciendo en parte. Ese nuevo ciclo comenzó con el crimen de Mariano Ferreyra como continuó con asesinatos en Formosa y más luego en los de Soldati y Villa Lugano; en la condena a Rodríguez -el 21 de diciembre- a nueve años de prisión por “ocupar” el Ministerio de Desarrollo Social en La Plata, y -ahora- en las detenciones y causas judiciales contra los ferroviarios tercerizados.
La otra cara de esta política es el recibimiento del FMI después de haberse rasgado las vestiduras de que nunca más se les permitiría pisar nuestro suelo. También es parte de esa política el aumento del costo de la canasta familiar y de las naftas, tanto como la pretensión de ir congelando los salarios y los fondos para vivienda, escuelas, agua potable y cloacas.
Como ejemplo: el Programa “Techo Digno” (construcción de viviendas) fue achicado durante 2010 un 18,2%; el Programa “Más Escuelas, Mejor Educación” (construcción de escuelas) lo achicaron en un 14,5%. Eso sí, los subsidios para empresas de energía y transporte los aumentaron en un 51,4%, o sea, 16.169 millones de pesos.
Aun así, la nafta la continúan aumentando.
Por ello, si alguien dijera que Cristina es como Isabel del ´74 no estaría del todo errado.
Mientras la economía crece, crece también la desigualdad social y la pobreza. Ello significa una sola cosa: que los ricos amasan más y más fortunas, mientras el pueblo comienza a ver que el aumento de precios le come día a día lo que se había logrado con la lucha.
En esa injusticia y en la desigualdad está la explicación de lo de Soldati así como la de Constitución.
El pueblo no está dispuesto a aceptar mansamente que se le arrebate lo que alcanzó con la lucha. Y el gobierno lo sabe, por eso encarcela a los luchadores populares. Por eso ha decidido mantenerme en prisión, aun a costa de violar su propia legalidad. Creen que encerrándonos nos pueden derrotar. No saben cuánto se equivocan.
No sólo no nos quebrarán sino que saldremos de esta prueba más fortalecidos.
En este fin de año, brindo simbólicamente por la lucha, por la paz y por la dignidad popular.
Cuando este 31 levanten la copa en cada uno de nuestros hogares, agreguemos a nuestros deseos la memoria por nuestros compañeros caídos en la lucha. Expresemos la voluntad de hacer honor a nuestra tradición de no bajar los brazos. Por un 2011 con un campo popular más fuerte y aguerrido y con mayor conciencia social y política.
Brindo por que todos y todas lo haremos posible.
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